Hoy no es un día normal en absoluto. Hoy no es uno de esos días en que te acostarás sabiendo una cosa más, tranquilo, cansado, pensando que mañana es viernes y el fin de semana ya llega, celebrando que tu equipo se ha clasificado o no para la Champions. No. Hoy es un día que siento que no ha pasado. O eso me gustaría. Es un día en que el tiempo se ha detenido para millones de personas, y para cientos no volverá a ponerse en marcha. Es un mal día. Un pésimo día. Un trágico día ante todo.

Hoy Madrid, España, Europa, y el mundo se convulsionan, dan espasmos, y necesitan un médico. Pero no hay médicos que curen la enfermedad del mundo. No hay un quirófano donde tumbar a la especie humana, hurgar en su interior, y extraerle el tumor, operarle el corazón, y hacerle un trasplante de médula. Nos morimos.

Muerte es la palabra del día. Masacre es la palabra del día. Matanza es la palabra del día. Y pienso: "Soy responsable de ello?". Alguien dijo: "El que esté libre de culpa que tire la primera piedra". Es curioso, me gustaría saber porque pese a ser más bien ateo me ha venido esa frase a la mente en estos momentos. Supongo que deben ser las millones de oraciones que se deben estar haciendo ahora las que me han inspirado. No lo sé.

Sé que hoy el mundo es un mundo para olvidar.

La mayoría ya sabréis de que estoy hablando. Hoy 11 de Marzo del 2004 ha habido una matanza en Madrid. Más de 200 muertos y más de 1000 heridos en un atentado brutal donde han explotado un total de 13 bombas. Espeluznante. Todos se lo hemos atribuido instantáneamente a ETA, esa banda de asesinos que operan en base a razones eminentemente independentistas. Pero NO. Al Qaeda parece ser la responsable del caos y la destrucción. Dios.

Otra vez Dios? Precisamente por motivos religiosos estoy escribiendo esto. De "cruzados" habla la organización en una carta a un periódico árabe inglés. Demencial.

Sé que esto no es cine. Apuesto a que me entendéis. Por mi parte os pido disculpas por el artículo de Kill Bill. Hoy no es un día para ser violento, ni para alabar la cantidad de sangre vertida. Lo sé. El artículo estaba escrito hace días. Mis disculpas.